
Ante la ausencia de grandes conflictos en Argentrópicos llegué a pensar que Entropia Universe tenía alguna virtud oculta por la cual las relaciones entre avatares se daba en un plano donde las miserias de la vida real no se manifestaban o quedaban relegadas.
Convivíamos avatares de las más diversas nacionalidades en un ambiente que por momento parecía idílico, con la enorme mayoría de los argentrópicos manteniendo buenas relaciones entre ellos. Cada uno en lo suyo o con sus amigos pero sin por ello dejar de compartir cosas con el resto.
Pues bien, la fiesta terminó.
Es que nuestros avatares no tienen vida propia, conciencia o voluntad. Son meras marionestas cuyos hilos cuelgan de las prolongaciones de nuestras personalidades, con nuestras mismas virtudes y defectos, con nuestras mismas capacidades, necesidades, fortalezas y debilidades. Nuestro carácter los marca porque son lo que somos, ni más ni menos.
Si tenemos problemas para relacionarnos con otros en la vida real también los tendrán nuestros avatares. Si abusamos de la autoridad en la vida real también lo hará nuestro avatar en la comunidad donde se desarrolle o si sufrimos del síndrome de incontinencia verbal, si somos afectos a obtener ventaja económica en cada una de nuestras acciones, si somos afectos a expresarnos de forma violenta con los demás también lo serán nuestros alter ego, los avatares.
Tal vez no sea tan fácil que en un principio se perciba nuestras verdadera personalidad al interactuar en esta vida virtual. Es probable que tarden más tiempo en transparentarse nuestros defectos o de nuestras virtudes, lo que hacemos bien y de lo que hacemos mal, pero como no podía ser de otra forma finalmente la verdadera personalidad se filtra entre los bits y los bytes y los demás podrán hacerse una idea aproximada de quienes somos y nosotros de quienes son ellos.
A mi mismo, a pesar de la poca o mucha experiencia que hice en todos estos años al tratar con personas reales, se me dificultó reconocer las verdaderas personalidades por detrás de los avatares que formaban parte de Argentrópicos. Como atenuante puedo argumentar que en este ambiente no se puede contar con los sentidos en forma directa para realizar una correcta evaluación de quién se tiene delante o a nuestro lado.
Si los sentidos suelen engañarnos respecto de la realidad, permitiéndonos tener de ella sólo una percepción, que será por definición siempre distorsionada, imagínense intentando conocer a la persona real que esta por detrás de un avatar a varios cientos o miles de kilómetros de nuestro teclado.
De nada ayudan micrófonos, parlantes y la pantalla, nada es tan poderoso para conocer a otra persona como verla frente a nosotros, poder escuchar su verdadero tono de voz, sus gestos, sus ojos y más cuando nos separan pequeñas diferencias culturales, me refiero a las formas de decir y a la elección y el significado que le damos a las palabras.
Pero el tiempo se acumula en el calendario y lo cotidiano del contacto por el chat, más los escritos en los post del foro comienzan a hacernos sentir que, efectivamente, conocemos a quién creemos que conocemos. Probablemente podamos hacer una pincelada gruesa sobre quienes nos rodean, pero la verdad estará velada porque en realidad, en el mejor de los casos, sólo conoceremos la superficie de esa persona.
Llevar adelante una comunidad como Argentrópicos ha sido para mi todo un desafío por varias razones. En primer lugar tengo más años en mi activo que los que tienen todos los miembros de ella. En segundo lugar porque se conformó una comunidad heterogénea con miembros provenientes de toda América y de España, con las consecuentes diferencias culturales. Tercero, al ser un novato en esto de los MMOG tuve que adaptarme a códigos de comportamiento que desconocía. Cuarto, mi experiencia en conducir procesos siempre se ha dado en la vida real viendo cara a cara a mis superiores o mis subordinados, nunca "a distancia".
He aplicado los mismos principios que me han guiado a lo largo de todos estos años que, con aciertos y errores, me han traído hasta aquí, mal o bien. Como siempre he sido honesto y he intentado primero meditar y luego decidir, medir las palabras y sobre todo ser cauto en las decisiones. Todo esto para no equivocarme y perjudicar a otros que confiaron y confian, eso espero, en mi como lider de sociedad. Pero no ha sido facil, he tenido aciertos y también he cometido errores. Sobre todo errores de juicio que me llevaron a no conocer todo lo que debería a los que me acompañan o me acompañaron en esta aventura.
Que esos errores impliquen perderlos luego de todo un año, que es mucho en esta vida virtual, me desagrada, porque me he comprometido más allá de lo que debería para ser este un simple juego. He trasladado a mi avatar la misma necesidad de lealtad que requerí de quienes me acompañaron en la vida real. Siempre he pensado que la lealtad y el respeto por los demás son el ingrediente "sine qua non" de cualquier relación entre personas, sea en el trabajo, en el juego o, para ampliar el concepto, en la amistad. Si faltan todo se desmorona. Se pierde la confianza y el contrato implícito que une a dos o más personas para realizar la actividad que sea, pierde sentido.
Parecía que todo iba bien o razonablemente bien y que Argentrópicos se encaminaba a hacia un logro significativo dentro del concierto de las sociedades de Planet Calypso, transformarse en la sociedad más numerosa de Calypso.
Pero de la nada los rencores, las pasiones, los exabruptos, las deslealtades, la intolerancia, las verdades a medias, las acusaciones sin pruebas, la xenofobia y todos los defectos que se les puedan ocurrir hicieron una violenta erupción destruyendo mucho de lo bueno que se había logrado. En pocas horas el trabajo de un largo año se ha desmoronado.
Al mismo tiempo, un poco como causa y también a cosecuencia de toda esta miseria dos de los más antiguos miembros de esta sociedad me anunciaron su intención de abandonarla para crear la suya. Me ha dolido porque eran en quienes más confiaba, en quienes me respaldaba. Saber que estaban allí era reconfortante y me otorgaba seguridad. Tanto confiaba en ellos que desde final del año pasado tenía en mente iniciar en algún momento de este una rotación en el liderazgo de la sociedad, cediendo el generalato alternativamente a alguno de ellos ya que hasta ese momento bien merecido se lo tenían. Pero el diablo siempre mete la cola y yo debo haber cometido un error o varios porque cuando más apreciaba su lealtad y compromiso me han anunciado que se iban por las suyas.
De ahora en más el juego ya no tendrá la misma magia que antes, la verdad es que la realidad una vez más se ha impuesto a la fantasía y se ha robado parte de lo que disfrutaba, se fueron los que creí que eran mis amigos aunque en realidad lo eran de mi alter ego: JoseM.