¿Dónde estoy?

He completado el login de Entrpia Universe con el firme propósito de sólo verificar algunas cosas en el auction y desconectarme. Es que mis amigos vienen por mi en auto en unos minutos y deberé estar en la puerta de casa porque aquí no se puede estacionar.

Tengo el tiempo justo así que “pincho” sobre el botón de “Acepto” en el contrato de licencia de usuario final mientras reitero, una vez más, el compromiso de leerlo. Seguro que hoy no será. Llega la pantalla de login, completo mi usuario y contraseña y al mismo tiempo que comienza el proceso de validación de mis datos la realidad comienza a hacerse difusa a mi alrededor, se confunden los ruidos de la calle con los sonidos que surgen de los parlantes de mi PC. En instantes la transformación se completa. Soy mi avatar.

La primera pregunta surge de inmediato: ¿en donde me encuentro? Se que estoy en el auction de un mall pero, ¿será en Port Atlantis o en Twin Peaks? Abro el mapa, si, es el auction de Twin Peaks. En ese instante aparece el martillo del subastador que me anuncia que se han vendido las Iron Stone que ayer dejé en oferta, suficentes peds para comprarme la Breer M3 que tanto he deseado. Me acerco al subastador, hago doble click sobre él que me contesta con el habitual y poco imaginativo “hola”. Objetos, armas, alcance, carabina, laser y ya estoy revisando el listado. Breer M1, Breer M2, M3 pero está agotada, ¿quién compra armas que no se pueden reparar cuando están practicamente agotadas? Entiendo el negocio del vendedor que recupera lo que pago de markup cuando el arma estaba completa, pero el comprador deberá amortizar ese markup en unos pocos tiros. Supongo que se aprovechan de la ignorancia de algunos.

Sigo la búsqueda. Aquí encuentro otra, esta si está con su vida útil completa, me fijo en las estadísticas del markup y el precio de venta inmediata se encuentra dentro de lo que el mercado dice que debo pagar. Lo pienso una micronésima de segundo y la Breer M3 ya está en mi inventario. La vuelvo a estudiar como si no lo hubiera hecho una decena de veces antes. Lo primero es asignarle una tecla para poder utilizarla rapidamente sin necesidad de ir al inventario. Ya está. ¿Tengo algo de ammo? Si, me quedan 350 municiones que restaron de la cacería que me dio el loot que me permitió comprar la Breer. ¿Y si le hago honor?

Antes de que pueda pensarlo demasiado mi avatar se encuentra camino a la salida norte del mall. Y desde allí rumbo hacia los caudas. En el camino visto la armadura. Unos metros más y el primero de los caudas se materializa, es un young. Comienzo a disparar mientras mantengo un ojo en los mensajes de daño, ¡qué diferencia!... Ahora si estoy para cosas mayores… Sigo disparando, un mature me entrega algo de loot y unos metros más alla veo un dominant, ahora tendré una verdadera prueba de fuego.

Comienzo a disparar y en lugar del sonido que producen los caudas este cuando es alcanzado emite un sonido que parece una campanilla eléctrica, me sobresalto. De nuevo, ahí está esa campanilla que vuelve a sonar mientras mi linea de vida comienza a sufrir los embates del enorme mob. Pero que diablos… Sigo disparando, el cauda cae al tiempo que suenan mi teléfono y la campanilla al mismo tiempo. Se abre el cuadro de diálogo del loot, wow… no ha llegado a ser un global pero pero es un loot muy importante. Atiendo el teléfono: “que estamos esperándote…”
Otro cauda toma la posta de la venganza, no he tenido tiempo de “sanarme” así que… vuelve a sonar la campanilla de la puerta de casa. Muero, ya no tiene ningún sentido seguir. Dejo todo como está, recojo el bolso con los botines de fútbol y me dirijo a la puerta.

Mis amigos no dejan de preguntarme que estaba haciendo, por cualpa mía vamos a llegar con lo justo al partido de fúbol. En el camino recibo las novedades de quienes vienen y quienes no, de los rivales y ya estoy con mi cabeza puesta en el partido. Llegamos, vestuario, entrada en calor, pitada inicial y a correr.

Juego de centro delantero y en la primera ofensiva de los míos el puntero desborda y logra tirar un centro al área. Entro en diagonal intuyendo donde me encontraré con la pelota, giro la cabeza para mirar a arquero y… ¿Qué hace el caudas dominant en el arco? Me distraigo durante una fracción de segundo, tiempo suficiente para que la pelota siga su camino y reciba los primeros reproches de mis compañeros: ¡Presta atención! ¿en que esabas pensando? Hago un gesto y cuando el arquero contrario patea la pelota en dirección a mi campo emprendo un trote corto para retomar mi posición. No resisto más y miro hacia el arco por el rabillo del ojo. Está quién debe estar, no hay duda alguna.

Intento concentrarme, pero cuando la pelota retorna de nuestro campo y mi equipo vuelve a la ofensiva desde las gradas siento que una de las espectadores me dice: “Ohh no no no”…